Programas educativos

Propuesta Pedagógica

En la pluralidad de ofertas pedagógicas actuales nos orientamos por los principios e indicaciones del Padre Kentenich, sacerdote católico y fundador del Movimiento Apostólico de Schoenstatt. Su larga experiencia en el contacto con los hombres, el testimonio de su vida, la resultante creadora y el fundamento filosófico y psicológico de sus reflexiones, hacen que esta opción sea actualizada y merecedora de nuestra confianza.
Para el P. Kentenich educar consistirá en servir desinteresadamente a la originalidad y particularidad ajena. En esta concepción la educación se entiende como el impacto de una vida sobre otra, y en este sentido pasa a ser muy importante saber qué tiene que ser y tener la persona que ejerce influencia pedagógica sobre otra. Educador será entonces, toda aquél que se da cuenta de que lo que él es influye sobre los demás y asume esa responsabilidad como una misión.

Pedagogía de alianza

Desde el punto de vista de las FUERZAS
Aquí encontramos al hombre y a Dios. En esta alianza el hombre recibe la fuerza, las orientaciones, la motivación para el proceso de cambio. En este contexto también se entiende la profunda convicción del P. Kentenich de que la vinculación a María es el camino más seguro para la educación de los hombres y mujeres nuevos del mañana.

Pedagogía de confianza, libertad y amor

Desde el punto de vista del EDUCADOR.
Pedagogía de confianza: el educador renuncia a moralizar y enjuiciar, a mantener una relación que sólo diagnostica y da recetas. En cambio busca ir al interior y despertar las potencialidades del otro. Este proceso requiere ganarse la confianza del educando a través del contacto con la vida y la captación de intereses y necesidades del otro. En este sentido será fundamental el respeto a la originalidad y necesidades del otro. Asimismo el educador también debe brindar confianza, delegando y traspasando responsabilidades, conservando la fe en lo bueno del ser humano, regalando de esta forma estímulo y confianza en el otro.

Pedagogía de libertad: la historia de la pedagogía conoce dos extremos en la conducción de los hombres: por un lado el rigorismo y por otro el libertinaje, ambos con resultados nefastos en la historia de la humanidad. El P. Kentenich reconoce la necesidad de normas que regulen el funcionamiento de una comunidad, pero promueve un amplio margen de libertad para facilitar la decisión consciente del individuo y superar el peligro de masificación. Lo expresa de la siguiente manera: "libertad toda la posible, vínculos obligatorios sólo los necesarios, pero, por sobre todo, un intenso cultivo del espíritu".

Pedagogía de amor: la pedagogía del amor respeta el juego entre cercanía y lejanía. Involucra también el equilibro entre la bondad y existencia, entre consejo y silencio, entre firmeza y ternura.

Pedagogía de vínculos

Desde el punto de vista de los MEDIOS.
El hombre es un ser relacional y su identidad se desarrollará en la medida en que pueda desarrollarse como tal. Para Kentenich existe vínculo allí donde existe una relación profunda, cargada de afecto, libre y permanente, aceptada desde el interior de la persona y que la afecta por entero: "…tenemos que capacitar nuevamente al hombre para sus múltiples vinculaciones, hacerlo capaz y dispuesto para una profunda vinculación interior a lugares, a cosas, a ideas. Sobretodo tenemos que hacerlo capaz de vincularse con la comunidad. Quien ignora totalmente esta tarea en la educación y en la pastoral construye sobre arena sus planes de renovación".

Pedagogía orgánica

Desde el punto de vista del PROCESO.

Pedagogía de ideales

Desde el punto de vista del FIN.
Todo proceso educativo persigue una meta, en este caso será la de educar un sujeto capaz de tomar decisiones libres, responsables y con una marcada tendencia de entrega al prójimo. Frente a una pedagogía de meros actos exteriores se propone una pedagogía de actitudes; frente a una pedagogía de puro cumplimiento del deber, una de generosidad frente a una pedagogía arrogante y autosufíciente, una de humildad; frente a una pedagogía de presiones, una de libertad; frente a una sombría pedagogía de tristeza, una de alegría.