Hora puente: un tiempo para encontrarnos
El sábado amaneció muy nublado y lluvioso, pero eso no fue impedimento para que los educadores decidieran “retirarse” toda una jornada. El punto de encuentro fue Plaza Cuba y de allí directo a Colonia donde está el Santuario de Schoenstatt en Nueva Helvecia, primer réplica del Santuario Original de Alemania construido en 1943. Si te interesa conocer la historia del Santuario hacé clik aquí.
El objetivo de estos espacios para educadores están pensados desde la pastoral y son un momento ideal para desenchufarse, para “bajar la pelota” y poder pensar en uno mismo, en mi relación con los demás y en mi relación con Dios. “Este año la temática de los dos retiros tenía que ver con el encuentro” nos explica Florencia Ortigoza, coordinadora de la Pastoral. “El primero a principios de año fue en la casa Schoenstatt de Carrasco donde se trabajó el encuentro desde la óptica transformadora del mismo.” Florencia nos comenta que, de cierta manera, todos somos agentes de cambio mediante los encuentros. “Todos cambiamos gracias a alguien y siempre alguien cambia gracias a nosotros.“
Mientras que el segundo retiro tuvo el objetivo de reencontrarse con uno mismo y de esa manera reafirmar o redescubrir la misión personal que cada uno tiene para regalar.
“Estuvo muy bueno, nos acompañó el Padre Pol”, Padre de Schoenstatt asesor del movimiento en Montevideo. “Él guió el retiro. Todos quedaron muy agradecidos por lo vivido y rescataban que hace muy bien poder tomarse un tiempo para reencontrarse con uno mismo, es algo que normalmente no lo hacemos.”
Uno de los momentos más fuertes fue la instancia personal donde cada uno construía su cofre. “Nuestra vida es un pequeño cofre donde guardamos cosas, cada pared del cofre está compuesta por nuestra propia historia, nuestro pasado, proyectos que tenemos, miedos, momentos de dolor y por personas que lo van llenando de vivencias. Estaba pensado como una dinámica de 10 minutitos y terminó durando casi una hora. Era imposible cortar el momento, se generó un ambiente muy profundo.”
Al final del retiro cada uno recibió su cofre pero adentro se encontró con una luz, como símbolo que todo eso que tenemos es una luz para los demás. “Ésta es mi vida y es un fuego que va a encender a otro fuego. Una luz que va a iluminar a otros.”
De esta manera se fue profundizando, mediante los retiros, en una de las claves que tiene Providencia: el encuentro transformador.

